«Entre lo Viejo y lo Nuevo: La Crisis de Relevancia del Partido Socialista en la Política Chilena» por Samuel Olguín
4 minutos de lecturaColumna de Opinión de Samuel Olguín Castro, Presidente Regional de Valparaíso de la Juventud Socialista
La frase de Antonio Gramsci, «Lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer», resume de manera profunda la actual crisis política chilena y, en particular, la situación del Partido Socialista de Chile (PS). El país ha experimentado, en las últimas décadas, un proceso de desgaste y cuestionamiento de la vieja élite política y social que ha regido desde la transición democrática. Sin embargo, los intentos de reemplazar esta élite por nuevos actores como el Frente Amplio (FA) y movimientos independientes como la Lista del Pueblo han resultado insuficientes para consolidar un cambio real de poder. Estos intentos han fracasado en su objetivo de crear una nueva estructura política capaz de reemplazar de manera efectiva a la vieja guardia, dejando un vacío de liderazgo y representación que aún persiste.
Desde 2006, con la Revolución Pingüina, la sociedad chilena ha expresado descontento y ha demandado cambios profundos. La crisis de representatividad de la Concertación, su derrota en 2009 y el asomo de Piñera como alternativa de gobierno, junto a las movilizaciones de 2011 y el estallido social de 2019, evidencian un rechazo constante al modelo y a las instituciones políticas tradicionales. A esto se suma el reciente fracaso de la convención constitucional, un proceso que no logró articular una base sólida de consenso para una nueva Constitución. En este contexto, el PS, históricamente parte del «viejo orden», enfrenta la amenaza de volverse irrelevante, como le sucedió al Partido Radical, que una vez fue dominante, pero ahora es marginal en la política chilena.
El Partido Socialista ha sido testigo de una reducción en su base territorial, representación parlamentaria y militancia. Aunque se puede celebrar que el PS mantenga el mayor número de alcaldías entre los partidos de gobierno, la situación es crítica en los centros urbanos como el Gran Valparaíso, donde su influencia es mínima. Este retroceso evidencia la desconexión del PS con las grandes urbes y la población joven y urbana que busca alternativas políticas más representativas de sus demandas.
Mientras tanto, el Frente Amplio y el Partido Republicano han logrado posicionarse como alternativas políticas sólidas, no necesariamente por la calidad de sus candidatos o por una mayor cantidad de recursos, sino por su capacidad para construir una «marca» política en el inconsciente colectivo. Ambos partidos han sabido instalar su identidad en el imaginario social, generando una percepción de alternativa real al sistema tradicional, independientemente del candidato o de su trabajo territorial. En contraste, el PS carece de una imagen clara y unificada en la mente del electorado. Los intentos de coaliciones como Unidad Constituyente, Nuevo Pacto Social y Socialismo Democrático han sido insuficientes, sin rostros visibles ni proyectos que capturen el interés y la confianza de la ciudadanía.
A diferencia de la Concertación, que supo construir una legitimidad sólida durante tres décadas gracias a una identidad reconocible y un proyecto definido, el PS actual parece incapaz de capturar la imaginación de la ciudadanía ni de presentar una alternativa que motive. Sin un proyecto que conecte con los chilenos y que reconstruya su legitimidad, el PS corre el riesgo de seguir disminuyendo su relevancia, enfrentando un posible colapso de su influencia política. En este vacío de identidad y liderazgo, el desafío del Partido Socialista es monumental: debe transformarse en una verdadera alternativa, reconfigurando su mensaje y sus prácticas para captar el espíritu de la época y evitar un destino de obsolescencia.
Bueno es la pura verdad creo k los dirigentes deben escuchar a las bases y no imponer alas bases lo ellos. No conoces se de democratisa y escuchar alos comunales.
Es un Buen análisis, es interesante el recambio generacional; pero con personas preparadas , con liderazgo, consecuentes con su propua ideologia, que es muy importante porque se ha perdido la identidad y la sociedad no reconoce cuando no hay identidad que lo los identifique.