Jaime Naranjo renuncia al Partido Socialista tras 33 años de militancia: «Un grito de desesperación por cambiar el rumbo»
2 minutos de lecturaEl diputado Jaime Naranjo anunció este martes su renuncia al Partido Socialista (PS), poniendo fin a una trayectoria de más de tres décadas dentro de la colectividad. En su declaración, el parlamentario calificó su decisión como un «grito de rebeldía» ante lo que considera una crisis en la forma de hacer política dentro del partido, aunque reafirmó su compromiso con los ideales socialistas que han guiado su carrera.
«Yo no he renunciado a la idea socialista. Me voy a sentir socialista toda mi vida. De eso nadie me lo va a poder quitar», señaló Naranjo. Además, aseguró que continuará formando parte de la bancada de diputados socialistas, pese a haber abandonado la militancia activa.
El parlamentario explicó que su decisión es un llamado de atención al interior del PS, advirtiendo que el partido corre el riesgo de perder su relevancia histórica si no reorienta su camino.
«Este es un grito de desesperación, de decir, no podemos seguir por este camino, porque este camino no nos conduce a nada», expresó.
«El camino del Partido Socialista es el de la solidaridad, el de trabajar en conjunto, el de cooperarnos, el de ayudarnos, no de carreras individuales. De tal manera que mi renuncia apunta a eso, a hacer un llamado de advertencia, a decirle a los militantes y a los dirigentes, no podemos seguir en ese camino de cómo estamos haciendo política», agregó.
Naranjo fue enfático en que su renuncia no busca señalar a personas específicas ni tiene fines electorales.
«No estoy condenando a nadie, no estoy criticando a nadie» y «Si no reaccionamos, si no hay una reacción a cambiar el estilo, yo creo que el Partido Socialista va a dejar de trascender», advirtió.
Por último, el legislador descartó cualquier tipo de pretensión política tras su renuncia, asegurando que su decisión responde exclusivamente a su convicción de que es necesario un cambio profundo. «No hay ninguna cosa, nada. Solamente es un grito de basta ya», concluyó.